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Ámbito Cinematográfico

Rafael Maluenda se caracterizó por su activa contribución e interés por gente de letras en el arte cinematográfico.

En Santiago, hacia los años 20 y sin abandonar sus actividades periodísticas y su trabajo literario, incursiona en el cine, donde  escribe y dirige “La copa del olvido”, una comedia romántica,  de la que la prensa alaba su “buen  argumento” y la  “dirección escénica”, así como la actuación del celebrado Alejandro Flores.

Años más tarde, siguiendo en este ámbito, realiza La víbora de azabache, película de aventuras y espionaje. La película tuvo buena aceptación, sin embargo, tras su estreno abandona toda actividad cinematográfica.

 

Director y guionista de los siguientes filmes:

 

- La víbora de azabache (1927)

- La copa del olvido (1923)

Filmación "Víbora de Azabache"

Rafael Maluenda

por Eliana Jara, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011

        Rafael Maluenda aparte de ser Periodista y escritor; fue realizador de películas en la época del cine Chileno con una activa contribución.

        En 1909 publica “Escenas de la vida campesina” (1909), cuyos relatos tratan de las desmedradas condiciones de  vida de la gente del campo. 

        “Los ciegos”, de 1913,  es una  fuerte crítica a la burguesía nacional.

        Luego publica “La pachacha”, texto que figura en la mayoría de las antologías de los mejores cuentos nacionales.

        En el ámbito teatral publica la comedia en un acto “Luz que no muere” y el drama “La madeja del pecado”.

      Luego dirige “La copa del olvido”, una comedia romántica, de la cual la prensa alaba su “buen  argumento” y la  “dirección escénica”, así como la actuación del celebrado Alejandro Flores.

        Algunos años más tarde vuelve a la carga y realiza “La víbora de azabache”, película de  aventuras y espionaje donde actúa Luisa Arozemena,  con gran popularidad como cupletista y tonadillera. La película es aceptada  por el público, pero luego de su estreno Maluenda abandona el cine.

       Años más tarde lleva a las pantallas su mejor novela que trata  sobre la sociedad limeña, Armiño negro, sirve de argumento para la película  del mismo nombre que filma en 1953 en Buenos Aires, el realizador argentino Carlos Hugo Christensen.

 

           

 

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